top of page

Probando el Panda en La Peñarrubia

 

Ya os enseñamos unas fotos, y ahora os lo contamos. El fin de semana pasado estuvimos probando el coche.

 

Desde que lo compramos a finales de Octubre y nos lo trajimos de Granada por autopista no lo habíamos vuelto a conducir. Ya sabéis, Gonzalo en Madrid, yo en Valencia y el coche en Lorca…

 

El coche estaba bien, pero necesitaba un repaso general, y Gonzalo llego en Navidad con muchas ganas, así que llevo el coche a Taller Ibarra y Gómez, y junto a nuestro mecánico de confianza Marcos hicieron bastantes cosas para ponerlo a punto. No se trata de preparación, sino de puesta a punto. Ya sabéis que vamos a ir con el coche de serie, sin hacerle ninguna cosa especial. Así la experiencia es más pura, más esencial.

 

Gonzalo y yo, sin haberlo hablado antes habíamos pensado los dos en subir a La Peñarrubia por La quinta y bajar por La Torrecilla, pasando por las antenas. ¿Buen plan verdad? No sabemos cuánto se parece La Peñarrubia al Atlas pero vamos, podía valer. Y la tarde era perfecta.

 

Desde detrás de La quinta ya empieza la pista de tierra, de momento nada excesivamente duro, se puede subir con cualquier coche. Ya ahí engranamos la tracción 4x4 y tuvimos las primeras buenas sensaciones; El coche subía sin ningún titubeo, y nos daba mucha confianza.

 

Llegamos a Los Pilones y giramos a la izquierda. Rampas de pista asfaltada y el coche para arriba, sin calentarse más de lo normal, así que bien, esto era otra de las cosas a probar.

 

Pasamos los miradores y llegamos donde la cosa se pone interesante. Dejamos la pista asfaltada y giramos a la derecha, hacia las antenas, por un camino sin asfaltar bastante roto, con piedra suelta, roderas y algunas pendientes importantes. Uno de esos sitios en los que con tu coche no te metes.

 

¡Aquí fue donde el pequeño Panda sacó el todoterreno que lleva dentro! ¡Es genial! Y es que este es su elemento. En carretera, autopista y ciudad el coche anda, pero lo notas ruidoso, forzado, lento, inseguro, torpe a veces. Pero en la Montaña, ¡Que cambio! Es que se mueve con una facilidad alucinante. Sube por donde sea, da igual como esté el suelo, con total naturalidad. Se nota ligero, ágil… como una bici, pero sin exigirte esfuerzo. No te transmite ninguna duda. Parece flotar sobre las piedras. Y es que 800 kilos de peso, tracción total, desarrollos del cambio perfectos, más altura al suelo de lo normal y un tamaño que parece que “lo llevas puesto” es la mejor combinación posible. Y con solo 50 caballos.

 

Toda una revelación este Pandita.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Luego bajamos, por un camino por el que hacia muuuchos años que no pasaba nadie, con matas de romero en el centro altas como el capó de nuestro Panda. (No las pisamos, que conste). Salimos otra vez a la pista principal y emprendimos la bajada hacia La Torrecilla, ahora ya por pista de tierra pero ancha y con firme regular. Bajar tiene su truco, porque el coche tiende a correr, pero no te puedes embalar porque a veces hay que frenar, y lo peor que te puede pasar es bloquear las ruedas frenando antes de una curva. Ningún problema; manteníamos un ritmo adecuado y la tracción total ayudaba en la curvas. Además, los desarrollos de la caja de cambios son perfectos en este escenario, segunda, tercera… es muy fácil encontrar la marcha perfecta para que el motor retenga lo justo, ni más ni menos.

 

Al llegar abajo encontramos una explanada de tierra con alguna zanjita y algún montículo. Estuvimos practicando la conexión/desconexión de la tracción total, que Gonzalo sí, pero yo no acabo de aclararme… Baja velocidad, embrague, dejas ir el coche y un tirón suave pero decidido de la leva hacia arriba.

 

Luego cruzamos la zanja intentando dejar una rueda en el aire, y también remontamos el montículo a ciegas, hacia el infinito…

Acción

Solidaria

20 kilos

de material

escolar

Nuestros

patrocinadores:

bottom of page